14 de diciembre de 2013

NO PUEDES PARAR, NO QUIERES PARAR

Ane Lesaka es una joven de Portugalete (Pais Vasco). Aún tiene 17 años, pero ya sueña con estudiar enfermería para convertirse algún día en enfermera voluntaria. Un verano decidió marcharse durante un mes a Marruecos para trabajar en un programa de voluntariado y desde ese viaje ya nada volvió a ser igual.


" Aquel verano no era la primera vez que había bajado al moro, ya lo había hecho antes con mi familia, en un viaje en autocaravana, visitando varias ciudades. Pero nunca había convivido con gente marroquí y pasar varias semanas en Hassilabied me sirvió para darme cuenta de lo injusta que es la imagen que se tiene de ellos. Fue un mes muy corto, muy intenso, en el que aprendí y disfruté más que en toda mi vida. Trabajé como voluntaria pero eran ellos los que me ayudaban y me enseñaban a mí. Cuando compartes tu día a día con ellos todo es diferente. He vivido con gente increíble, que se deja conocer, gente de la que tendríamos que aprender muchísimas cosas. Mi experiencia duró poco tiempo pero ha sido más que suficiente para enamorarme de Marruecos. Me dio tiempo a acostumbrarme a su forma de vivir y a su forma de ver el mundo que, afortunadamente, nada tiene que ver con la nuestra. Y por un momento pensé que era mi forma de vivir, que nunca había estado en otro sitio antes, que así es como yo siempre había vivido. Allí aprendí a disfrutar del momento, del día, de la noche. Joder, qué noches… Cada segundo, cada instante es único. Como dicen por allí, la prisa mata, pero la pachorra remata. Y es que cuando estás en Marruecos no quieres parar, no puedes parar.



No sabría muy bien cómo explicarlo... simplemente cuando estaba allí era yo, sin pensar en nada más. Ha sido la única vez en mi vida en la que sabía que no quería estar en ningún otro sitio que no fuera aquel, en Marruecos. No quería irme, no quería dejar todo aquello que estaba viviendo para volver a España, pero tuve que hacerlo y ahora estoy donde no quiero estar.

Siempre que recuerdo todo lo que allí he sentido y he disfrutado lo hago con una sonrisa. Tengo ya mi siguiente vuelo comprado y ojalá nunca deje de ir. Aún me queda mucha vida por delante y estoy convencida de que todo esto va a seguir siendo parte de mí. Todavía quedan muchos sueños por cumplir y, aunque aún no he tenido la suerte de haber podido vivir en Marruecos tantas cosas como muchas de las chicas que han contado su historia en este blog, espero poder tener la oportunidad de pasar allí una larga temporada para empaparme de todo lo que un país como Marruecos puede ofrecer.


El desierto, sus oasis, sus colores, las sonrisas de los niños, el cous-cous, el tagine, los berebers, los amaneceres, el cuero, las puestas de sol, las dunas, Merzouga, Hassilabied, Ibrahim, Rachid, arena, música, calor, sudor, que corra el aire cabrón, alegría, abrazos sinceros, adivinanzas, los olores, estrellas fugaces enormes, noches, días, niños (y qué niños joder, no pueden ser más listos), regatear, Ramadán, vivir, sentir, África... Un sinfín de cosas que sólo puedes vivir si visitas este maravilloso país."

Si quieres que tu historia también aparezca por aquí solo tienes que pedirlo. Ponte en contacto conmigo e intentemos entre todos, desde nuestra experiencia personal, transmitir la realidad, buena y menos buena, de Marruecos.

2 comentarios:

  1. Creo que ya hay suficiente gente como para hacer una caravana rumbo a marruecos.

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  2. Hassilabied! Un pueblecito tan pequeño pero que tiene tanto por ofrecer! Cierro los ojos y puedo imaginar todos esos colores, aromas, sensaciones..el calor infernal...el frío de la noche en Febrero...la gente...estoy segura que nos encontraremos! alli, donde todo ocurre sin planearlo...

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